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martes, 26 de marzo de 2013

Chef; Ana Bensadón, Recetas Endiamantadas.

“Endiamantada” significa en ladino “muy buena” y así son todas y cada una de la recetas de la cocina sefardí e internacional que Ana Bensadón ha recopilado para deleite de quienes siguen las leyes dietéticas judías pero, sobre todo, para preservar un patrimonio del que escasean testimonios escritos.




El libro, que se pone a la venta hoy, se titula “Recetas endiamantadas” (Nagrela Editores), y en el que se recogen 125 propuestas, ilustradas con 140 fotografías, divididas en aperitivos, cocina sefardí, cocina actual y postres además de un apartado específico para especias y adafinas.
Bensadón, nacida Benarroch (Tánger, 1943), vive desde hace 50 años en España y aunque empezó en la cocina por obligación ahora es una devota de lo que hace.

“Cuando tenía 17 años mi vida cambió completamente. Murió mi madre y con ella el mundo tal y como lo había conocido. En cuestión de días me obligaron a dejar los estudios y mi vida social y pasé a ser ‘madre’ de tres hermanos pequeños y ocuparme de un padre más bien exigente”, explica a Efe la autora.

Una parte de sus obligaciones era encerrarse en la cocina, donde “nadie imagina” cuánto ha llorado aunque con el tiempo aprendió a ser “fuerte, perseverante y optimista”, y, cuando se casó, con Micael Bensadón -de ahí su apellido actual- y tuvo a sus cinco hijos entendió que la cultura sefardí “no podía desvanecerse”.

Adafinas, albondiguitas, alboronía o pescado cocho son sabores de hace siglos, que recuerdan “quiénes somos y de dónde venimos”, como señala en el prólogo Elena Arzak, hija de Juan Mari, prologuista también del anterior libro de Bensadón, “Dulce lo vivas”, dedicado a postres sefardíes.
Bensadón ha escrito este recetario porque, dice, “necesitaba” transmitir su memoria, que las recetas heredadas de su abuela y bisabuela no se perdiesen ni se “modificasen” sin saber cuál era su formulación original, una tarea en la que han colaborado muchas de sus amigas.
 
“Es nuestro deber que los recuerdos de los sabores del pasado se archiven y se transmitan. Es dar a la juventud un tesoro, no solo de cocina sefardí, sino de un patrimonio cultural, y veo que ya ni se habla ni se transmite nada de una generación a otra”, lamenta esta abuela de 14 nietos.
En esa línea, la autora ha querido que las guardas del libro sean una foto de sus manos y de las de una de sus nietas acariciando un recetario manuscrito del que ha incluido en “Recetas endiamantadas” un cuadernillo en facsímil. EFE

Fuente: elconfidencial.com

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